Reflexiones de 9 años creando juegos desde México
Inspirado en "Más de 10 años haciendo videojuegos desde México" por Fayer, aprovecho para recordar un poco de este camino creando juegos y organizaciones que hacen juegos. Quizás algo de lo aprendido te ayude en tu camino como creador.
Revisando notas encontré memorias de 2015, cuando dejé el camino 'tradicional' para dedicarme profesionalmente a trabajar en juegos, ganando los primeros pesos en contratos, pequeñas ventas de productos. Aprender a generar dinero con nuestro talento. Acababa de casarme por lo que antes que nada agradezco a mi esposa por ser cómplice en esta aventura que no sabíamos a donde nos llevaría.
Aquel niño que soñaba en hacer videojuegos y organizaciones, inspirado por Shigeru Miyamoto, Michael Dell y Satoshi Tahiri, se convirtió en un joven adulto que estaba viviendo su sueño.
Una pequeña pausa y oscuridad en el camino
2023 no cuenta mucho, me enfermé y pause todo lo relacionado con juegos. Veníamos de perder dinero, contratos, relaciones, equipo... lo que no ayudó.
Un montón de decisiones que parecían buenas, se tornaron impredecibles. Nos equivocamos al elegir personas, al decidir a cuales proyectos poner tiempo y dinero.
Llegó un momento en que me desilusioné por ver muy difícil hacer algo significativo desde México. Ir en contra de la corriente por todo lo que ya sabemos. “Pocos mexicanos apoyan los productos nacionales”, quizás no los suficientes para sostener un estudio. “Ser extranjero ofreciendo tus productos, sin entender muchas cosas del exterior”. Que tu producto pase desapercibido. No poder estar a la altura de las grandes producciones.
Es doloroso aceptar que lo intentaste repetidamente y al final no funcionó. Hubo mucho duelo en ese año y mucha tarea por hacer. No es 'fancy' hablar de ello e incluso mancha la imagen romántica que tenemos sobre crear juegos.
En mi perfil como productor tiendo a ser realista con un toque de pesimismo, para estar preparado a lo peor. Anteriormente vivía siempre enfocado en el futuro, preguntándome cuál sería el siguiente reto e intentando estar preparado para ello. Esto no me permitió enfocarme en el momento. Siempre estaba inconforme con lo logrado, pues sentía que no era suficiente.
Algo que quiero hacer en mi siguiente etapa como creador es recuperar mi optimismo e ilusión de que podemos hacer pequeñas cosas que suman en algo muy valioso y significativo. Claro, con la experiencia y aprendizajes de estos años.
Una de las preguntas con las que despertaba antes de ir a los estudios era ¿cuál es mi lugar en la creación de cosas? He encontrado muchas áreas en las que no me gustaría estar, y otras en las que sí. Aunque los lugares son diferentes, el poder ser alguien que ayuda a que un producto exista, me ha llenado mucho de energía.
Algo que redescubrí en este tiempo de pausa, es que los creativos sacamos esa energía irracional del interior para hacer realidad las cosas que están en nuestra mente, reuniendo personas talentosas, recursos, y dedicando nuestro mejor tiempo al servicio de las personas que creen en nosotros, nuestro público, nuestros inversionistas y nuestro equipo.
Lo resumo en que crear juegos (y quizás cualquier actividad creativa, cultural y artística) se trata de llegar con los suficientes recursos y energía para seguir intentando hacer juegos, cada vez mejor.
Cuando volvió esa energía creativa para lograr cosas retadoras, llegó un buen momento para escribir este texto.
Un pequeño resumen de lo logrado en estos años
No hay como mirar atrás y ver lo que hemos logrado:
Dejar todo para intentar algo distinto. Crear una buena cantidad de juegos digitales, de mesa, en línea, mundos fantásticos, rol. Crear editoriales de juegos físicos y libros. Organizar torneos, realizar teatro interactivo en ciudades importantes de México, levantar un estudio en deuda para llevarlo a ser incorporado por un estudio internacional, fundar un par de estudios internacionales y no endeudarnos en el camino, crear juegos de nicho, como los de futbol. Trabajar en producciones con personas de todas partes del mundo. Aprender a negociar con inversionistas y personas muy hábiles para negociar, enfrentando al miedo. Permitirme experimentar con cosas inciertas de todo tipo. Jugar con la sostenibilidad de los estudios malabareando recursos de forma ética. Cambiar de ciudad, conocer personas de todo México y de algunos lugares del mundo. Viajar para hacer giras promoviendo nuestros juegos. Aprender haciendo, desaprender rápidamente para actualizarnos. Compartir lo aprendido en diferentes espacios.
Agradezco a todas las personas con las que he recorrido el camino.
Con muchos tomé caminos separados. Algunos se salieron del mundo de los juegos. Con otros seguimos recorriendo el camino. Donde quiera que estés, espero que sigas creando y disfrutando la vida.
¿Qué sigue?
Si me preguntara, ¿qué sigue para los próximos 10 años?, la verdad es que no lo sé. Siempre me ha costado tener esa visión clara, aunque podría aprenderlo, voy a entrar a los 40 años pronto y ya no tengo la energía de los 20s, aunque tengo la madurez de los 30s. Quizás debería poner una cruz en el mapa y volver a ver atrás en varios años.
Me gusta disfrutar el momento aunque en retrospectiva eso me ha llevado a todas direcciones. Muchas de ellas disfrutables, otras no las repetiría y no llevaría a mi familia a vivirlas de nuevo.
Sigue continuar aprendiendo a encontrar mi 'suficiente', atreviéndome a romper mis límites actuales.
Por ahí hay una frase que usan los chefs. "Eres tan bueno como tu último plato". Podríamos decir que somos tan buenos como nuestro último juego. Somos personas que continuamente debemos seguir creando para sentirnos vivos. Tenemos una especie de sesgo, y por ello nos distinguimos con esa creatividad de la que escribí antes.
Sigue 'seguir creando', aprendiendo a crear mejor, de forma más sostenible y con continuidad. A hacer juegos desde México, que sean lo suficientemente buenos para seguir jugando al ‘juego infinito’ de crear.
- Emmanuel P L